viernes, 20 de noviembre de 2015

"MACRI & DURÁN BARBA. GLOBOS, NEGOCIOS, CÍRCULO ROJO Y GUERRAS SUCIAS" - INTRODUCCIÓN



Introducción

I

Nicolás Maquiavelo decía que todo ser político, y en especial los líderes, tienen que lidiar en su vida política con su “virtú” y con la “fortuna”. La “virtú” para el florentino es la capacidad personal para dominar los acontecimientos y realizar el fin deseado. Se considera como una mezcla dinámica de prudencia –condición esencial para un político según Maquiavelo-, astucia y habilidad. Por su parte, la “fortuna” es la valoración del curso de los acontecimientos que no dependen del dominio de la voluntad personal, como el azar, el destino o simplemente los límites que establece la realidad fáctica.

Si algo ha caracterizado al dirigente político analizado en el presente libro, el Ing. Mauricio Macri, es el desbalance entre su “virtú” y su “fortuna”, tanto en su vida personal como en su trayectoria política.

Si lo analizamos bajo el concepto de la “virtú”, desde siempre, bajo el cobijo de su padre durante mucho tiempo, ha demostrado una gran dosis de incapacidad para dominar los acontecimientos, con altos grados de inconciencia e irresponsabilidad para manejar su vida profesional y aún más para manejarse con destreza en el arte de la política. Ungido en “cuna de rico”, cree ser más de lo que es y muestra, y ello se denota en sus ideas, su sentido común y en su discurso pleno de la impunidad, que da saberse protegido por su condición social. Si podemos imaginar una “virtú” en Mauricio Macri, tal vez tenga que ver en parte con su capacidad y sin duda tiene mucho que ver con su “fortuna”: haber tenido la oportunidad de ser acompañado cercanamente por personalidades y escenarios propicios que le permitieron ocupar diversos espacios de poder y éxito en algunos de los proyectos que emprendió.

Veremos en el libro que esos escenarios propicios, en su carrera política, se lo brindaron en gran parte el blindaje comunicacional y judicial que recibió de los poderes fácticos, siendo como dirigente político fiel representante de los intereses históricos y permanentes de la oligarquía argentina.

La “fortuna” lo acompañó desde la cuna familiar. Nacido en una familia con riqueza y poder en el mundo empresarial y político -los Macri y los Blanco Villegas, unión de un inmigrante enriquecido con una aristócrata-, Mauricio desarrolló su vida personal, empresaria y política coaligado a su padre y usufructuando su poderío en los negocios y en las relaciones privilegiadas que siempre caracterizaron a Franco. Mauricio era un mediocre empresario, siempre dependiente del poder y de la guía constante y obsesiva de su padre para ver cómo se manejaba en los negocios.

Emprendido un camino propio, sin desligarse de las empresas de su padre, llegó a la presidencia de Boca Jrs. en base a su dinero –era el momento de desfinanciamiento de los clubes y se buscaban empresarios que con sus aportes pudieran sacar a los clubes de fútbol de las crisis-, pero a punto de volverse a las empresas de su padre por su deficiente gestión –la mayoría de la Comisión Directiva le había rechazado un balance por notables irregularidades-, le llegó la “fortuna”: la contratación de Carlos Bianchi como Director Técnico del club, con lo cual llegaron los continuos éxitos para el club y pasó a un segundo plano su deficiente presidencia.

Aprovechándose del momento deportivo glorioso de su Boca Jrs. con Carlos Bianchi a la cabeza del éxito, decidió emprender su camino a la arena política, en principio con mucha cautela cuando su entonces compañero Francisco de Narváez, pasada la crisis del 2001, visualizaba un espacio importante para una derecha neo menemista y lo instaba a comprometerse. En el año 2003 funda el partido Compromiso para el Cambio y es derrotado en la Ciudad por Aníbal Ibarra, que sobrevivía a la crisis del progresismo en la ciudad y era reelecto gracias al acompañamiento de Néstor Kirchner, que encarnaba una esperanza para encauzar el país luego de la mayor crisis de su historia.

Dos años después le sobreviene la “fortuna” otra vez a Mauricio Macri. Ya la crisis del progresismo era inexorable, Aníbal Ibarra prácticamente no tenía fuerza propia ni parlamentaria para sostenerse y la tragedia de Cromagnon motiva la destitución del Jefe de Gobierno por una mayoría parlamentaria, con los votos del macrismo, de la ultraizquierda y de parlamentarios dispersos. Una destitución parlamentaria controvertida, ya que no existía ni el procesamiento ni la condena judicial sobre el Jefe de Gobierno.[1]

Llegado a la Jefatura del Gobierno de la Ciudad, como representante de la “nueva (vieja) derecha”, la “fortuna” lo seguirá acompañando cuando se liga al personaje que analizaremos también en esta introducción: el asesor político-comunicacional ecuatoriano Jaime Durán Barba, un hombre inteligente que lo introdujo en el arte de la política, modificó su imagen personal y dotó a su partido –el Pro- de las herramientas necesarias para crecer en el escenario político partidario como hoy ha crecido. No puede entenderse a Mauricio Macri como político si no es a la luz de la capacidad –utilitarista y amoral- de su asesor estrella desde el año 2005.

                            Tampoco puede entenderse la personalidad de Mauricio Macri y como se mueve en su vida personal y política sin considerar la figura, la relación entre ambos y la herencia material y simbólica de su progenitor. Y ello es así aún hoy, cuando ya, como ambas partes admiten, se han desligado afectiva y laboralmente. Mucho costó a su asesor, Jaime Durán Barba, llevar adelante esa tarea de mostrar a Mauricio despegado de su pasado como empresario ligado a numerosas irregularidades de sus empresas privadas en las relaciones con el Estado.

                            Franco es un típico producto del empresario inmigrante de la post-guerra, ideológicamente partidario del Estado regulador y de políticas desarrollistas. Siempre estuvo vinculado a los oficialismos de turno y su enriquecimiento vino de la mano de los negocios con el Estado. Incluso estuvo ligado a los negocios turbios con el Estado durante la dictadura militar. Mauricio, por su parte, es un típico hijo de inmigrante rico, de ideología ultraliberal básicamente por influencia de su madre y su tío, los Blanco Villegas[2]. Para Franco, a su hijo y a los Blanco Villegas siempre les interesó, más que construir un poder empresarial, sólo la plata y la fama.

La relación entre padre e hijo siempre fue muy especial, entre el amor y la conflictividad constante. Esto condicionó mucho las experiencias de Mauricio, que además siempre fue el hijo delfín preferido de su padre, aunque todo bajo su control estricto de padre obsesivamente exigente. En ese rol vivió de la fortuna de su padre, quien siempre fue y así se lo consideró, una persona muy generosa. Aunque no lo era con la opinión que tenía, y manifestaba muchas veces en público, sobre su hijo.

Franco siempre había tenido una relación muy especial con Carlos Grosso, a quien, llegada la dictadura militar de 1976, había refugiado en su empresa. Relata la periodista y dirigente política Gabriela Cerruti en su libro “El pibe”:

“(…) Franco Macri estaba fascinado con el joven profesor (Carlos Grosso) que podía desarrollar con la misma inteligencia un plan de negocios e inversión y una clase sobre la situación política en el país y la región. Grosso era ya parte de la Familia. Se había casado con una secretaria del grupo, pasaba domingos enteros en la quinta Los Abrojos y recibía el abrazo conmovido de Franco cada vez que terminaba una de sus habituales exposiciones.

- Deciles, deciles, deciles lo que te digo siempre… Cómo me gustaría que fueras mi hijo en lugar de este pelotudo…”.[3]

Recién puede afirmarse que con su definido ingreso al escenario de la política Mauricio se despega de la influencia de su padre, aunque sigue usufructuando su herencia y en parte sus relaciones con el poder fáctico de la Argentina que construyó su padre en muchos años. A poco de ser electo Jefe de Gobierno de la ciudad Franco le abrió todos sus contactos de primer nivel en China, en una gira que realizaron juntos –contactos que luego Mauricio desaprovecharía- y, por otro lado, varios de sus principales funcionarios, algunos que pasaron y otros que perduran en su gestión, provienen de las empresas del grupo Macri, que siempre Franco lideró con capacidad y mano de hierro.

Mauricio Macri como dirigente político es heredero hoy de toda la historia de la derecha argentina, lo cual podemos afirmar básicamente por su ideología, sus acciones políticas y su sentido común reaccionario. Para focalizar en la historia más reciente, es heredero de la dictadura militar genocida iniciada en 1976. Mauricio reconoce que su modelo de Intendente de la Ciudad de Buenos Aires fue el Brigadier Osvaldo Cacciatore, a quien conoció en 1979 cuando el Grupo Macri firmó el contrato para la recolección de residuos en la ciudad a través de la empresa Manliba S.A. Macri afirma que al conocer a Cacciatore le nació la intención de gobernar alguna vez el territorio capitalino.

También es heredero del neoliberalismo que sufrimos los argentinos durante los años ’90, bajo las presidencias de Carlos Menem, quien, para Mauricio Macri, fue “el gran reconstructor de la Argentina”. Por ello su proyecto para la Ciudad de Buenos Aires y ahora para el país tiene su centro en retomar la esencia del neoliberalismo, como veremos detalladamente en el libro

El liderazgo de Mauricio Macri y la creación del partido Pro es también consecuencia de la finalización del proceso de contar con la alternativa militar golpista para llevar al gobierno los intereses de la oligarquía argentina. Ello significó para estos intereses la necesidad de generar una alternativa de derechas democrática, que aún no ha tenido éxitos significativos, salvo cuando se produjo la conversión del justicialista Carlos Menem al neoliberalismo.

Una alternativa de derecha democrática que hace tiempo está en gestación. Y ha encontrado la vía de expresarse en democracia a través de líderes provenientes del mundo empresario devenidos en políticos. Una particularidad no sólo argentina, sino una tendencia continental, con ejemplos como los de el chileno Sebastián Piñera, dueño de la Aerolíneas LAN, el actual presidente paraguayo Horacio Cartés, empresario tabacalero, y el ex presidente panameño Ricardo Martinelli, dueño de una cadena de supermercados.

Para finalizar, y camino a las elecciones a Presidente de la Nación del 25 de Octubre del año 2015, con Mauricio Macri como candidato por el neoliberalismo, podemos decir que la “fortuna” volvió a acompañarlo. Esta vez en las preferencias de los votantes, al mostrar un gran crecimiento de su partido el Pro por encarnar el antikirchnerismo más duro y reaccionario a las políticas del Gobierno Nacional. Es muy difícil encontrar ciudadanos –salvo entre sus partidarios, la mayoría empleados de su administración o con intereses ligados a ésta- que resalten la capacidad de Macri como político, su administración en la ciudad o con características especiales para ser un eficiente primer mandatario. La mayoría de las voces ciudadanas lo colocan como el mejor y más fiel representante de la oposición a las políticas del kirchnerismo de estos últimos doce años, más por la negativa que por la positiva a sus capacidades o gestión pública. Muchos ciudadanos que lo acompañan, como veremos en el libro, no avizoran los tiempos turbulentos que atravesaría la Argentina con Mauricio Macri como Presidente de la Nación. Su gestión al frente del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo demuestra con creces.

II

Este volumen otorga al asesor político y comunicacional Jaime Durán Barba un rol fundamental en la formación de Mauricio Macri como político y ejercitando hoy un papel de liderazgo sobre una parte importante de la ciudadanía argentina. Convirtió lo que era literalmente un personaje gris en un dirigente medianamente pulido, beneficiado no tanto por sus características personales –que Durán Barba trabajó al máximo- sino por el discurso asentado en el sentido común reaccionario que el ecuatoriano pudo inocular en un personaje al que nadie medianamente serio auguraba un destino fulgurante en la actividad política.

Consideramos a Durán Barba como un personaje altamente capacitado para las lides electorales de la política, con sus teorías sobre el marketing y la forma de llegar a la ciudadanía con escasa dosis de cultura política.

En su trayectoria por países latinoamericanos –su especialidad- como México y Ecuador tuvo éxitos y fracasos, pero desde el año 2005, asesorando a Mauricio Macri y a su partido Pro hay que reconocer su exitoso recorrido. Su ideología reaccionaria fue compatible con la de sus asesorados, empresarios exitosos devenidos en políticos neoliberales, y además con dinero suficiente para abonar sus caros servicios.

En la Argentina, el devenir político lo ha llevado, con el correr del tiempo, a traspasar las barreras de un asesor meramente comunicacional, para convertirse en un consejero político de la “nueva derecha” macrista, haciendo resurgir en democracia a una opción política, representante de la oligarquía en el país, que no había logrado hacer pié como alternativa política de poder.

El libro analizará a fondo su principal escrito, El arte de ganar. Cómo usar el ataque en campañas electorales exitosas[4], que Mauricio Macri y los miembros del Pro han leído al pie de la letra y tratan de ejecutar en toda su magnitud. Un libro que deja ver muy claro –escrito por un personaje que no esconde sus preferencias- las tácticas y estrategias políticas de Durán Barba, así como su concepción ideológica, pese a que sus principales argumentos en la acción y el mensaje políticos son la despolitización y desideologización de los ciudadanos.

III

El título de este libro, Macri & Durán Barba. Globos, negocios, círculo rojo y guerras sucias, además de destacar a los dos personajes del mismo, incluye conceptos centrales en la política y gestión del fenómeno macrista.

Los globos como elemento marketinero, seguramente obra de Durán Barba, resalta la supuesta inocencia y honestidad del proyecto –cuestionada duramente en este libro-, y además se vincula con lo más preciado, los niños, y el valor de la alegría como central, despojando a la política del concepto de conflicto. El fin es mostrar a la política como dadora de felicidad personal, no de conflicto ni de problemas, elaboración con alta dosis de marketing que analizaremos detalladamente como opera según el escrito principal del asesor ecuatoriano.

Los negocios son parte intrínseca del modelo de política macrista. Mauricio Macri es la corporización de los intereses privados gestionando el Estado, no es ni un gerente político como lo fue Carlos Menem de esos intereses, sino la presencia cabal del mercantilismo privatista y de los negocios rentables e irregulares en la sede de la administración pública. Veremos en el libro sobradas muestras de ello, unidas al desprecio por la política, la sociedad y la legalidad. El “Niembro-Gate”, una gota que ha rebalsado el vaso de la corrupción estructural macrista, es una muestra palpable de cómo funciona en el Gobierno de la Ciudad “la patria contratista de los amigos”, que antes o luego, devuelve sus favores.

Cuando Mauricio Macri mencionó al “circulo rojo” en los medios de comunicación masivos como representantes de intereses corporativos con poder para opinar y definir posturas respecto al curso del país, muchos nos preguntamos de dónde había salido el término usado por el ingeniero. Estudiando el texto fundamental de Durán Barba que hemos mencionado, reparamos que el ecuatoriano usa es misma palabra para designar a los mismos poderes influyentes, seguramente una denominación utilizada en otro país donde el consultor ha desarrollado sus tareas.

Más allá de lo anecdótico, aunque como muestra de cómo Mauricio Macri y el Pro tienen una relación estrechísima con su consultor –que desarrollaremos en el libro-, es de destacar que Macri con su denominación, acompañada de la descripción que tuvo que dar antes las preguntas, dio visibilidad concreta al llamado por él “círculo rojo” y la influencia que tenía en la oposición política al modelo de país democrático, nacional y popular en marcha desde el año 2003.

Son los intereses históricos de la oligarquía argentina, en el pasado sólo representada por la oligarquía agropecuaria y su modelo de nación agroexportadora. Hoy, en un país que se ha modernizado, esos intereses se han diversificado y sin duda aumentado su poder de influencia en el destino de la nación, lo cual no ocurre sólo entre nosotros sino a nivel internacional producto de la globalización, el principal entre otros fenómenos. A la histórica patronal agropecuaria se le han unido los intereses corporativos industriales –nacionales y muchos de ellos ligados al extranjero- y lo que se llamaba en el pasado, y sigue vigente, la “patria financiera”, con capacidad para poner en jaque la economía de un país frente a gobiernos endebles. A ello hoy debemos sumarle el importante rol, producto del avance de las comunicaciones, del brazo mediático corporativo, que tanta ayuda ha brindado al macrismo y a su proyecto político.

Mauricio Macri, como señalamos, colaboró –no sabemos a ciencia cierta si deliberadamente o no- a dar visibilidad al “círculo rojo” en cuanto al poder al cual tenía que rendirle cuentas. El kirchnerismo, por supuesto, ya, especialmente desde el enfrentamiento del año 2008 con las patronales agropecuarias, había sufrido la acción destituyente de ese “círculo rojo”, y con ello se había hecho patente para la sociedad su presencia y su importancia en cuanto a su influencia en las políticas nacionales. Ayer, el brazo ejecutor de sus intereses era el aparato militar del Estado, hoy, son variedad de maniobras en lo económico y político, desde lo nacional a lo internacional, que operan sobre el sistema democrático argentino confirmando que existe hoy en nuestro país una cruel confrontación de intereses entre dos modelos de país antagónicos.

Hablamos también en el título de este volumen de guerras sucias. Las entendemos primariamente en su globalidad. Es guerra sucia combatir a un adversario político sin importar los medios, aunque estos derriben la ética y la legalidad que debe primar en toda sociedad democrática civilizada. Y vamos a detallar cómo el macrismo ha generado esta guerra sucia en términos políticos bajo las ideas de su consultor estrella Jaime Durán Barba. Pero también es guerra sucia operar desde el poder público para atacar a una sociedad y privarla de sus derechos y servicios esenciales para vivir dignamente, lo cual lleva por ejemplo al aumento en la rica Ciudad de Buenos Aires de la mortalidad infantil. Y también es guerra sucia arremeter sin escrúpulos contra la institucionalidad, las reglas y la legalidad que deben tener todos los actos de gobierno en una democracia representativa. Por este accionar impune hoy, Mauricio Macri, es candidato a Presidente de la Nación bajo procesamiento judicial, luego de haber atravesado otro procesamiento y una imputación por diversas causas en las cuales debió intervenir el Poder Judicial.

En este extenso libro daremos cuenta pormenorizadamente de la presencia en la política argentina de los dos personajes de la película, Mauricio Macri & Durán Barba, así como de cada uno de los conceptos que conforman el título del libro: los globos, los negocios, el círculo rojo y las guerras sucias.



[1] Como contracara, Mauricio Macri ha transitado varios años como Jefe de Gobierno y hoy es candidato a presidente de la Nación estando procesado por la causa de las escuchas ilegales que emergieron del seno de su gobierno y de

No hay comentarios:

Publicar un comentario