EDITORIAL “POLITICA CON IDEAS” – 01/04/14
El
gobierno nacional está en vías de redireccionar una parte de los subsidios a
los servicios públicos, que benefician a los sectores medios y altos, hacia las
políticas sociales destinadas a los sectores de menores recursos.
Compartimos
que es hora de una racionalización de la política subsidiaria a fin de tornarla
más justa, persiguiendo una mayor justicia social. Igualmente sostenemos que la
herramienta del subsidio continúa siendo válida ya que alienta el consumo de
determinados servicios y potencia la actividad productiva, y además repercute
en los egresos monetarios de muchos conciudadanos, y por lo tanto colaboran en
el poder adquisitivo de los salarios.
Resultan
por lo menos paradójicas las reacciones de algunos voceros del establishment
económico concentrado y en especial de los medios de comunicación
antigubernamentales. En este sentido, compartimos las opiniones del Ministro de
Economía Axel Kicillof, quien señaló: “Perdonando la expresión, son bastante caraduras
los que antes hablaban de la necesidad de bajar los subsidios y ahora hablan de
tarifazos”. El gataflorismo típico de los políticos y medios de comunicación
opositores, que ven mal todo lo que realiza el gobierno, sea para un lado, o cuando
se cambia, sea para el otro.
No
hay que dejar de destacar que los subsidios se recortan pero no se eliminan, en
especial para los sectores de menores recursos, y continúan en áreas
importantes como el transporte y el combustible. Son una herramienta importante
para alentar el consumo popular y movilizar la economía, lo cual naturalmente
aumenta la producción y genera fuentes de trabajo. El círculo virtuoso del que
nos hablaba el economista inglés John Maynard Keyness, quien con esa receta
económica rescató a los Estados Unidos de la crisis de los años ’30.
Como
señalamos en otros editoriales, aún le quedan al gobierno nacional deudas
pendientes en ejecución de medidas como la agencia reguladora de
comercialización de granos y la ley de entidades financieras, que se encuentran
en estudio. Estas medidas también servirían, y más significativamente, para
políticas de redistribución de los ingresos, gravando las riquezas
concentradas.
Una
mirada final para la resolución favorable del conflicto docente, favorable para
chicos y padres, favorable para los docentes y también favorable para el
gobierno de la provincia de Buenos Aires. La lucha de la representación
sindical docente dio finalmente su resultado, obteniendo un porcentaje de
aumento justo para toda la escala salarial, dejando de lado el ficticio aumento
del 30,9% que postulaba el gobierno provincial y que alcanzaba sólo al 2,3% de
los maestros, reduciéndose hasta el 21% de aumento para el resto de los
trabajadores. Si bien creemos que las paritarias desde el año que viene
tendrían que darse en el mes de junio, como proponen los gremios docentes, y no
a comienzos de las clases, para no afectar un momento tan especial como es el inicio
de clases, no dudamos en afirmar que la lucha docente fue una victoria, y una
lección para el gobierno de Daniel Scioli, que terminó víctima de un
presupuesto que no previó en el momento de su diseño la redistribución de los
ingresos como eje rector. Especialmente en un año que nació con una devaluación
y un aumento desmesurado de la inflación, y por lo tanto de precios, que afectó
el bolsillo del consumo popular.
Mi
nombre es Mario Della Rocca, el programa es Política con ideas.
EDITORIAL “POLITICA CON IDEAS” – 08/04/14
Un
robo de una cartera por un delincuente. El asesinato a patadas del ladrón por
parte de un grupo de inadaptados. Me pregunto, a esta altura de la civilización:
¿hay posible comparación entre ambos hechos, en relación de venganza? Para ser
claros, los linchamientos son la ley de la selva, la barbarie, la
pre-civilización, la negación absoluta del estado de derecho, que debe primar
hoy en día en nuestras sociedades.
Las
posiciones políticas de supuestos candidateables a cargos importantes como
Sergio Massa y Mauricio Macri nos repiten que la gente está desesperada,
justificando sin eufemismos los hechos vandálicos, sin actuar con
responsabilidad y proponer soluciones, como debieran hacer dirigentes de
fuerzas políticas que pretenden gobernar el país.
Los
medios de comunicación hegemónicos repiquetean con las noticias dramáticas una
y mil veces. Aprovechan para golpear al gobierno, sembrar el caos y la
desesperación y, de paso, vender su producto, aprovechándose del morbo que
lamentablemente impera en parte de nuestra sociedad.
El
flagelo social de la delincuencia es un emergente de la modernidad, de difícil
solución de un día para el otro, de un año para el otro. Las políticas
inclusivas socialmente, llevadas a cabo por el gobierno nacional en estos más
de 10 años, son un paliativo importante pero no llegan a erradicar el problema,
que tiene mucho que ver con cuestiones culturales acendradas por tantas décadas
de postración argentina.
La
delincuencia es un flagelo mundial, lo muestran las estadísticas de diversos
países y ciudades. Algunas de Latinoamérica con índices altos respecto a
nuestro país. Las cifras disminuyen muy poco en la mayoría de los países
centrales, y por ejemplo son muy altas en los Estados Unidos. Por tomar un
ejemplo puntual, que en la ciudad de Buenos Aires ha dado que hablar, nuestra
urbe tiene una tasa de homicidios de 5,46 por cada 100.000 habitantes, y la
ciudad de San Francisco, en Estados Unidos, tiene una tasa de homicidios de 8,4
por cada 100.000 habitantes.
¿Por
qué esta comparación puntual con la ciudad de San Francisco? Porque el
irresponsable jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri,
declaró que su hija se asentaría en la ciudad de San Francisco para no padecer
la inseguridad de nuestra ciudad, y que él se sentía aliviado frente a esa
decisión. Si la figura penal de incumplimiento de los deberes de funcionario
público abarcara también aspectos declarativos, sin duda a Macri le cabería la
figura penal, sumada a la que ya tiene como procesado por la justicia por
escuchas ilegales.
Es
inusual tamaña irresponsabilidad en un encargado del poder ejecutivo de la
ciudad, como si él se viera como el agente de seguridad de un banco y no el
responsable de proponer políticas para combatir el delito y prevenir la
posibilidad de linchamientos en nuestra ciudad. Responsabilidad como la que
tuvo el gobernador Scioli en la provincia de Buenos Aires, declarando la
emergencia en materia de seguridad por un año, lo cual significa centralmente
poder destinar mayores recursos del Estado al combate a la delincuencia.
Racionalidad
y responsabilidad es lo que se requiere, para no llegar a la barbarie. Cada uno
desde su cotidianeidad, desde su lugar de inserción social y productiva.
Por
mi parte, tengo a mano la palabra. Aquí en la radio, en mis charlas de
capacitación, en mis escritos literarios. Y justamente los hechos de esta
semana han despertado en mí la idea de escribir un libro que he comenzado sobre
este tema que nos asola, fundamentalmente asentado en la irreponsabilidad
dirigencial de una parte de los políticos. Espero que en un tiempo prudencial
lo podamos compartir.
Mi
nombre es Mario Della Rocca, el programa es Política con ideas.
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